Imagínese por un momento lo que sucedería si a uno de los “equilibrados” gobernantes mundiales que hoy dirigen el planeta se le ocurriera levantarse un día con la determinación (e imposición) de prohibir seguir creyendo que la tierra es redonda, cuando (para él) lo obvio es que la tierra es plana porque ningún objeto se cae. El podría pensar que la Ciencia también se equivoca y por andar metidos en laboratorios cerrados, no “captan” la realidad de los hechos: su tesis sería que  los científicos “nos quieren  hacer creer estupideces que van contra la realidad”. No mas la tierra redonda y de aquí en adelante, lo dice la evidencia, la tierra es plana.

Pues bien, Brasil acaba de asumir  frente al tema de la sexualidad una posición similar a desear que no mas la tierra sea redonda (de acuerdo al criterio científico) para ser plana. “Devolver” el mundo de la inclusión y diferencia sexuales a viejos paradigmas que han hecho tantísimo daño en la psiquis y comportamiento de los seres humanos, es tan peligroso como inventarse una nueva bomba atómica. Porque aun cuando sea difícil de asimilar la condición humana está atravesada por la sexualidad y reprimirla, desviarla, negarla, es la manera mas expedita de multiplicar violencia, agresiones, maltratos, violaciones. La Ministra de Educación de Brasil dijo que “los niños visten de azul y las niñas de rosa”. Si sus palabras no fueran tan demoledoras, hasta podrían producir lástima. O risa por el absurdo que guardan. Pero son reales y obedecen a una política que considera que nacemos hombres y mujeres con características definidas y por lo tanto, “todo” aquello que no encaje en ese estereotipo, debe ser censurado. Como lo dijo un twitero, el 1 de Enero el mundo amaneció en el 2019 y Brasil en 1933. Por algo Bolsonaro dijo que “prefiere ver a un hijo muerto que aceptarlo homosexual”. O peor aún, su hijo (¿cuántos Bolsonaros hay?) prohibiéndole a los maestros del Brasil “enseñar feminismo”, como si el feminismo se enseñara como asignatura y no como el derecho a la igualdad que corresponde.

Legitimar estas teorías, (¡otra vez!) es devolver el mundo al oscurantismo mas represivo. Porque aun cuando suene  increíble, los problemas de la Iglesia Católica con la pederastia, los feminicidios y violencias contra mujeres y niños y niñas, los abusos sexuales, el incesto, la discriminación contra la mujer, la condena de la homosexualidad, el machismo, el patriarcado, todo está signado por una sexualidad manejada desde la represión y la imposición. La sexualidad es inherente a la condición humana y encasillarla en parámetros moralistas e ignorantes, no trae sino consecuencias al interior de cada quien, que claro se traducen en sociedades cada vez mas violentas. Azul y rosado hace tiempos que dejaron de ser sinónimo de masculino y femenino. Tanta ignorancia en manos del poder no hace sino despertar sentimientos de ira y rebelión. Como si estuviésemos presenciando el calentamiento de una olla a presión.

No es derecha, no es izquierda. Es ignorancia.  El miedo al cambio, a la evolución genera una violencia soterrada. Poder unido a ignorancia y autoritarismo es una mezcla explosiva que tendremos que presenciar sin bajar la guardia. No hay que olvidar que las ideas pueden ser mas peligrosas que las armas…

Gloria H. @Revolturas

 

 

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